Se llamaba "Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo".
Claramente la ironía me guiñaba un ojo desde lejos, se reía de mí.
A la pequeña N siempre le había dado miedo el futuro, la incertidumbre, el no saber.
Yo, sin embargo, tiemblo cuando el pasado hace el amago de volver.
Siempre hace más daño.
PD: Gracias, N, por ser siempre una de esos tres.