Gracias por enseñarme que tender una mano, a veces, cura más que una pastilla.
Que traspasar la frontera de una mesa, a veces, traspasa la frontera del alma.
Gracias por enseñarme que los síntomas en medicina de familia, a veces, no son síntomas de enfermedad, sino síntomas de vida. Y que la vida duele.
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No siempre duele, o mejor dicho, lo que duele es la lucidez de saber interpretarla. y sí, la atención primaria es, en general, un grandioso compendio formador de psicólogos que no tienen ni tendrán nunca título, y sí una gigantesca experiencia vital. Un saludo.
ResponderEliminarHubo momentos en que esa lucidez me dolió más de lo que cabía esperar, como si hubiera una grieta. Fue toda una experiencia y aprendí mucho en esa consulta, pero no dedicaría mi vida a ello porque me llevaría demasiadas personas a la cama, cuando sólo quiero dormir con una. Triunfó la anestesia. Un saludo, E.
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