1/2/09

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"Confieso que estoy algo preocupada:

Nunca se me ha roto el corazón, ni se me ha puesto el corazón en un puño, ni se me ha subido el corazón a la garganta, ni me ha saltado el corazón en el pecho.
Nunca me ha dado un vuelco el corazón. No he tenido jamás corazonadas, ni he abierto mi corazón a nadie. No he afirmado nada con el corazón en la mano, ni con la mano en el corazón.
No he hecho nunca de tripas corazón, no tengo un corazón de oro ni uno de piedra.
Nunca he amado de todo corazón...
Lo que sí noto es que mi corazón late, reparte la sangre por el cuerpo y hace mucho ruido."


¿Es suficiente?

2 comentarios:

  1. Nunca terminan...tu añades los finales que sean necesarios.
    Qué más da si tenemos corazones inmaduros, de hojalata y que todavía no han sido robados (o sí) lo que importante es que sin ellos no somos nada y con ellos nos morimos de ganas por entregarlos. :)

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